martes, 30 de septiembre de 2008

Mi primer día pariendo ideas CAPÍTULO 1


Al fin llegó, mi primer día pariendo ideas, ayer rompí aguas y apareció la verdadera voz de monchito, hoy por fín, Monchito asoma la cabeza y empieza a deleitarnos con su dulce voz, su voz melódica, su voz aflautada de niño de madera, que pronto se tornará ronca y amarga al paso del tiempo, cuando vaya perdiendo su dulzura infantil, cuando vaya viendo en el mundo que le ha tocado vivir...
Pero no adelantemos acontecimientos, empecemos por el principio, empecemos donde lo dejamos, empecemos por el parto...
Hoy llega al mundo monchito, hoy por fín abre los ojos y se topa de golpe y porrazo con la realidad. En principio todo es dulce, todo es bello. Es recibido con los brazos abiertos, todo el mundo se muere por ver y saludar al nuevo miembro del grupo, todo son halagos, todo son caricias, todo son besos. Monchito se encuentra agasajado, feliz, confuso, vivo... Piensa que todo el mundo es maravilloso, todo el mundo le quiere, le adora, todos sonríen, todos se abrazan. El mundo es un lugar maravilloso. Con la de historias que él había oído comentar... Había oído hablar de violencia, de odio, de injusticia. Pero, ¿Cómo podría existir todo aquello en un mundo donde le reciben con los brazos abiertos, donde hay flores, abrazos, música? Imposible, pensaba (Inocente...). No puede ser tan malo, pensaba una y otra vez, es justo como lo imaginaba. ¿Por qué si no tanta alegría? Todos me quieren, todos me esperaban y seguro que siempre voy a ser importante para ellos...
Así comenzó Monchito, un niño perfecto en un mundo perfecto... O eso le parecía, al menos al principio...
Durante años, desde que salió del taller de carpintería donde fué creado, Monchito se había limitado a ver, oir y dejar que otros hablaran por él. Fueron muchos años en los que no se interesó por nada, ya que siempre eran otros los que opinaban por él, los que le mantenían cuidado. Pero sus años de gloria pasaron, ya no era el muñeco de moda imprescindible en todas las fiestas, y su último dueño, Jose (al que llamaban el moreno aún siendo pálido y canoso) le abandonó a su suerte, sin percatarse que no era un muñeco cualquiera, sino que había vida en él. Ahora, tenía que caminar solo por el mundo, y pensó que no sería tan dificil.
Y este es el principio de la historia, demos un giro de 180 grados y echemos un vistazo al final, ¿Por qué no? Saltémonos el orden de las cosas y veamos que es de monchito ahora, años después de aquel feliz día.
Monchito ya no es féliz ahora, al menos no como lo era entonces. Tampoco lo son los que están a su lado, la emoción se tornó rutina, al igual que el cariño, que sigue estando ahí, pero no como antes. Monchito ya no piensa en los suyos siquiera, solo ocasionalmente, solo cuando deja de pensar en su astillado corazón (nunca mejor dicho). ¿Pero por qué este cambio? ¿Donde se rompió el corazón de Monchito?
Eso es lo que iremos viendo a lo largo que avance la historia, de momento Monchito acaba de romper el cascarón, él es quien nos tiene que contar que pasó por el camino, escuchemos atentamente lo que nos dice hoy:


Besitos de madera, amiguitos, hoy estoy cansado....

lunes, 29 de septiembre de 2008

Presentación


Hola hola chavalotes/as
Esto es una nueva experiencia para mí, un blog donde contar lo que me salga de las narices sin que me lo tenga que dictar nadie ( ni me obligue nadie metiéndome una mano por el culo ). Y hoy, como es mi primer día, no voy a escribir nada nuevo, si señor, nada de nada. Yo, como el creador (ese que dicen que hizo este chiringuito en 6 días y al 7º descansó... Que anda que se quedaría agusto el fulano...), primero he creado mi mundillo y ahora me voy a dedicar a rascarme la barriga un rato... Porque luego habrá que darle forma, bueno, mas que forma, dar ideas, que para eso se ha hecho, para comentar un poco como va el mundo... Lo típico, que está la cosa muy mala, que hay que apretarse el cinturón, que qué bonito es el amor, sobre todo en primavera... Las cosillas del día que vayan saliendo.
Bueno amiguitos/as, un saludo a todos los que tengais la santa paciencia de leerme de vez en cuando,
Un besito de madera...