lunes, 22 de diciembre de 2008

Tronco va... CAPÍTULO 21




Y al fin llegó, sin avisar, el momento de ver por fín a su hijo. Aunque era un momento esperado desde hace meses, no pudo evitar un ataque de nervios, estaba tan ansioso por verle la cara que su cuerpo no respondía a su cerebro. No era capaz de hablar, de andar, no sabía si reir o llorar. Quería estar al lado de Raquel en aquel momento tan especial, pero se había quedado completamente paralizado, porque al mismo tiempo que la emoción invadía su cuerpo, el pánico se iba haciendo cada vez mas fuerte y le paralizaba por completo.
Al fín se repuso un poco, sacó fuerzas de flaqueza y se dirigió a la sala de partos para ver a su hijo, pero cuando consiguió llegar hasta allí ya era tarde, ya había llegado, había sido tan fuerte su pánico que había pasado casi una hora paralizado en la sala de espera sin darse cuenta de ello, incluso le habían echo pruebas mientras estaba inconsciente por miedo a que le pasara algo malo. Pero todo eso daba ya igual, porque antes de entrar en la habitación, con el miedo aún metido en el cuerpo al no saber muy bien lo que se iba a encontrar, oyó un llanto tan fuerte que se oía en todo el pasillo, señal inequívoca de que su hijo era un niño normal, no de madera, como fué él. A partir de aquel momento, el miedo dejó paso a una tremenda emoción y a un mar de lágrimas de alegría. Abrió la puerta y allí estaba él, abrazado por su madre (que parecía un pequeño angel con una inmensa sonrisa). Un niño perfecto, era lo único que se le ocurría en aquel momento, es un niño perfecto. No había nada que hiciera pensar que fuera diferente, no solo era un niño de carne y hueso, como los demás, sino que era tan guapo como su madre, con un cuerpo perfecto y con unos grandes ojos verdes que recordaban a los de su padre.
Lo cogió entre sus brazos y se tuvo que sentar porque estuvo a punto de caer inconsciente de nuevo.
Fué, sin duda, el mejor momento de su vida, si no fuera porque fué el inicio de sus jaquecas...


Ahora que lo pienso... No he pensado un nombre para él... ¿Cómo llamar a un niño perfecto..?

Ahora me duele la cabeza, solo quiero disfrutar de él... Ya lo pensaré luego.

Besitos de madera...

No hay comentarios: