viernes, 21 de noviembre de 2008

Esperando al invitado CAPÍTULO 20




Nunca acabó de perder el miedo, sabía que su hijo llegaría pronto y se seguía cuestionando su capacidad como padre como si fuera a ser el peor padre del mundo, lo que no sabía es que, contrariamente a lo que pensaba, tenía todas las papeletas para ser uno de los padres mas comprensivos y queridos del mundo, ya que contaba con algo que ningún otro padre en el mundo contaba, la sabiduría de haber sido parte integrante de la naturaleza, el saber comprenderla y, sobre todo, el conocer muy bien a ese niño interior que aún llevaba dentro de su pequeño cuerpo que un día fué de madera. Poco a poco se fué metiendo esa idea en la cabeza y, cuanto mas lo fué entendiendo, mayor fué su ilusión por verle la cara al fín a esa criatura que venía en camino, pero: ¿Cómo sería ese ser? ¿Sería un niño normal? ¿Sería de madera? ¿Se vería obligado a pasar esa dura transición que tuvo que pasar él? Esperaba que no. Es más, se propuso allanarle el camino todo lo que pudiera y el primer paso era empezar a aceptar su nuevo papel de padre, sacudirse sus miedos y empezar a mentalizarse y entrenarse. Para ello, le valió de mucho su trabajo, su adorado trabajo, en el que había labores que le vendrían muy bien en su nueva faceta, como cambiar pañales, dar de comer, meter en la cama...






Bueno, pensó, no puede ser tan malo, si soy capaz de manejar a criaturas de mas de 90 años, ¿No voy a ser capaz de controlar una de menos de uno? Bueno, el tiempo lo dirá...




Voy a comprar tranquimazín por si acaso...




Besitos de madera...

1 comentario:

perla dijo...

hola monchito! acabo de descubrir tu blog y me parece un lugar interesante y divertido por el que pasarse de vez en cuando.
esperaremos las siguientes entregas de la vida de monchito ...